En estos días de Semana Santa, se supone que todos los católicos debemos reflexionar y tratar de ser mejores personas cada día. Cuando fui a misa la semana pasada, el padre Rodrigo Díaz, presbítero de la parroquia de la parroquia de Sabanilla Montes de Oca; nos dio la mala noticia de que se habían metido a robar a la casa cural y que se llevaron todo el dinero recaudado para los pobres de la comunidad.
En estos casos es cuando me pongo a pensar, como algunas personas mal intencionadas son capaces de irrespetar hasta los lugares sagrados como las iglesias. Según dejo el padre, ese dinero además de ser destinado a los pobres, también se utiliza para pagar a los empleados de la parroquia. Algo que afecta de peor manera, ya que esto significa que no llegará comida ni dinero a personas que de verdad lo necesitan.
En mi opinión, las personas que hicieron esto deben ser castigadas de forma no muy compasiva. Esto porque roban en la casa de Dios como lo hacen en cualquier otra casa, y en cualquier parte que sea no se deben cometer actos de este tipo.
Cada día, la delincuencia está aumentando en nuestro país y el resto del mundo. Opino, que ni nosotros ni las autoridades encargadas estamos poniendo de nuestra parte para evitar que esto suceda. Pero ojalá que todos podamos hacer algo para evitar esto cada vez que podamos, y que los que tengan la oportunidad de criar bien a sus hijos, lo hagan para que no tomen este camino en algún momento. De igual forma que lo podemos hacer nosotros actualmente y cuando sea el momento de criar a nuestros hijos en un futuro.
Pensémoslo bien para no preguntarnos en algún momento ¿Y esl respeto?
2 comentarios:
Qué lamentable que pasen cosas como las que nos cuentas. El asunto es que, como bien dices, los ladrones no tienen respeto por la casa de nadie, ni siquiera por un templo.
Yo creo que muchas veces se habla del problema de la delincuencia y de que es muy grave, pero estoy de acuerdo con tu opinión de que CADA UNO DE NOSOTROS DEBE HACER ALGO, ya sea a través de la educación que le damos a nuestros hijos o tomando conciencia y ayudando, por ejemplo, a personas indigentes que puede ser que cometan estos actos porque tienen hambre o porque son adictos a las drogas.
Lo importante es que no podemos ser indiferentes a este tipo de problemas, porque directa o indirectamente nos afectan a todos.
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